Creepypasta - El suicidio de Calamardo


"Comenzaré diciendo que si quieren una respuesta al final, estarán decepcionados. 
No hay una."
Fuí interno en Nickelodeon Studios durante el 2005 para obtener mi título en animación. No me pagaban, de hecho la mayoría de las pasantías no son pagadas, pero tuve algunas experiencias

Creepypasta - Este chico si que es irresponsable


Me quejaba yo por las 2 horas que se demoraba mi amigo Dayer, quien con su voz de ”niño bueno” nos dijo ”a las 10 am estoy en el parque”, y solo estabamos yo y mi otro amigo Jose Luis. A Jose Luis no parecia importarle mucho,

Creepypasta - Slender Man


El "Slender Man" (el hombre delgado) es un personaje que supuestamente fue creado en un foro y se le describe como una especie de hombre muy esbelto, vestido siempre con traje, al estilo de los "hombres de negro" o los agentes de Matrix. Puede estirar sus brazos y cuerpo hasta límites extraordinarios, e incluso crear tentáculos,

Las 10 Mejores fotos de fantasmas



Gracias a las tecnologías actuales es tan sencillo crear un fantasma en una fotografía en tiempo real… Hace años era casi imposible, quien lo lograba debería ser un genio en los efectos. Desde el retoque a mano, pasando por el Photoshop y llegando con las Apps Ghost, hemos creado una cultura falsa del análisis paranormal en fotografía. Aquí algunas rescatables y famosas.

 10.- El fantasma de Tombstone (1996)

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Creepypasta - Hora de Dormir


Se supone que la hora de dormir debe ser un momento feliz para un niño cansado, pero para mí era una experiencia aterradora. Mientras algunos niños pueden quejarse por ser enviados a la cama antes de que hayan terminado de ver una película o jugar su videojuego favorito; cuando yo era un niño, la noche era algo que me causaba verdadero terror. En algún lugar de mi mente, lo sigue siendo.

Creepypasta - Puertas


Soy adoptado, nunca conocí a mi verdadera madre, es decir, es posible que llegara a conocerla en algún momento, pero era muy pequeño como para recordarlo. A pesar de todo, yo amaba a mi familia adoptiva, pues siempre fueron amables conmigo. Me alimentaban bien y vivíamos en una casa cálida y muy cómoda, donde además me dejaban quedarme despierto hasta tarde.

Déjenme contarles rápidamente sobre mi familia: Primero, está mi madre. Nunca llegué a llamarla “mamá” ni nada por el estilo, sólo le hablaba por su primer nombre, Janice. A ella nunca le molestó, y es que la llamé así por tanto tiempo, que posiblemente dejó de darse cuenta de ello. De cualquier modo, era una mujer muy amable, creo que fue ella quien sugirió que me adoptaran en primer lugar. A veces recargaba mi cabeza en su regazo mientras veíamos televisión y ella me hacía cosquillas en la espalda. Es una de esas madres hollywoodenses.

Luego, está mi padre. Su verdadero nombre era Richard, pero como nunca le agradé demasiado, empecé a llamarlo “papá” en un intento desesperado por ganarme su afecto. No funcionó, creo que no importaba cómo me refiriera a él, pues nunca me amaría tanto como a su propio hijo. Era comprensible, así que dejé de presionarme para agradarle. El atributo más notable de Papá era su inamovible severidad, pues no le molestaba golpear a sus hijos cuando hacían algo mal, y eso lo aprendí de la forma difícil, en la época en que no sabía usar el baño correctamente. Él no dudó en darme una palmada de vez en cuando, y bueno, si ahora me porto bien es gracias a sus métodos.

Por último, hablaré de mi hermana. La pequeña Emily era muy pequeña cuando me adoptaron, casi teníamos la misma edad, pero ella seguía siendo un poco mayor que yo. Aún así, me gusta pensar en ella como mi hermanita. Nos llevábamos mejor de lo que los hermanos se suelen llevar, aún sin ser adoptados. Siempre nos quedábamos despiertos charlando hasta muy tarde, bueno, en realidad, ella hablaba y yo sólo escuchaba, pues la quería demasiado.

Como no teníamos muchas habitaciones, -y como no quería dormir yo solo cuando era más pequeño-, tenía una colchoneta para mí a un lado de su cama, y había dormido allí desde entonces. Era genial conmigo, porque disfrutaba estar con ella y siempre me sentí con el deber de proteger a mi hermanita.

Pero todo cambió un horrible miércoles por la noche. Estaba en casa tomando una siesta, cuando la pequeña Emily abrió la puerta del frente. El sonido de la puerta abriéndose me despertó y caminé desde la habitación, al final del pasillo, hasta la sala. Allí fue cuando recordé que era miércoles, pues nunca fui muy bueno llevando la cuenta de los días. De hecho, simplemente diré que mi sentido del tiempo era terrible, pero sabía que era miércoles porque Emily acababa de regresar de la reunión semanal de su grupo cristiano. Ella corrió desde la puerta a abrazarme, y detrás de ella venían Papá y Janice.

¿Tuviste una buena siesta? Preguntó Janice, mientras me alborotaba el pelo. Tan sólo sacudí mi cabeza resoplando, respondiendo a su cariño.

“¡No le contestes con esos ruidos a tu madre!” dijo Papá, áspera y autoritariamente. Cerró la puerta tras de sí y colgó su abrigo. “Obviamente estaba jugando” me limité a rezongar para mis adentros. Creo que no me escuchó, pues no sentí que me golpeara por ello. Emily se dirigió a nuestra habitación y yo la seguí. Empezó a contarme acerca de su día, ya saben, las clásicas historias de adolescentes, pero la escuché para hacerla sentir importante.

Al finalizar su historia, me sugirió ir a ver televisión con ella, y al llegar a la sala, salté al sofá, mientras ella iba por el control remoto. La televisión se encendió y la disfrutamos juntos hasta que se hizo de noche. Emily era ese tipo de chica que, en vez de ver caricaturas y telenovelas, prefería sintonizar Discovery Channel, Animal Planet o National Geographic. A mí también me gustaba ver esos programas, así que no ponía objeción alguna, de hecho, eran los únicos canales que realmente podían captar mi atención.

El tiempo avanzó y después de un rato, Janice se paró junto al sofá. “Emily, ya deberías estar dormida. Apaga la televisión y ve a tu cuarto. Tú también” dijo, señalándome. Emily apagó el televisor y se levantó de mala gana. Comenzó a caminar por el pasillo, y mientras la seguía, no podía sacudirme la idea de que algo andaba mal.

Llegamos a la habitación y Emily apagó la luz. Al igual que ella, logré ver por el rabillo del ojo que algo se movía afuera, a través de la ventana. Cuando giré la cabeza, lo que sea que fuera, había desaparecido. De cualquier modo, decidí permanecer alerta, por el bien de mi hermana.

Me quedé allí, en la oscuridad, sin nada más que un rayo de luz, proveniente del alumbrado público, alumbrando el cuarto. De vez en cuando, podía jurar que escuchaba sonidos a través de la ventana… ramas rompiéndose, hojas crujiendo, ropas frotándose, acompañadas de un extraño olor a sangre y sudor. No pude cerrar los ojos en toda la noche.

Los sonidos y olores se fueron atenuando, a medida que me relajaba, y al final, mis párpados terminaron por cerrarse.

Al poco rato, se escuchó un estruendo muy ruidoso al otro lado de la casa. Me levanté en seguida. “¡Hay alguien en la casa!” grité, mientras la adrenalina corría por mi cuerpo. “¡Despierta!” le supliqué a Emily. Cuando vi que despertaba y se sentaba en la cama, salí corriendo hacía el cuarto de mis padres.

Papá estaba muerto. Su cuello estaba abierto de un tajo, con la sangre chorreándole a borbotones, resbalando por la cama y cayendo al piso. Vi que la puerta del baño estaba cerrada, y justo frente a ella, había un hombre.

Un hombre… no me siento cómodo llamándolo de esa manera.

Era realmente gigantesco y andrajoso. Sus ojos giraron en dirección a mí y fue cuando por fin pude verlo con claridad. Nunca olvidaré esos grandes ojos redondos y llenos de lujuria. Tenía una barba descuidada, con sangre escurriendo de ella. Su ropa estaba sucia y su cara era fría. Cuando noté el mismo olor a sangre y sudor que había percibido antes, emanando directamente de él, me quedé abrumado.

Me vio e hizo una mueca con sus dientes torcidos y amarillos, esa sonrisa me desarmó. Pensé que iba a morir, pero se quedó parado en la puerta del baño, completamente indiferente hacia mi presencia. Estaba aterrado y no sabía qué hacer. Tan sólo lloré y grité, mientras lo veía forzar la puerta que servía como única defensa a mi madre. Levantó la afilada cuchilla que cargaba, y usándola de manera incorrecta, la apuñaló hasta que exhaló su último aliento.

Después oí algo, lo último que quería escuchar… era el grito de Emily, viniendo justo detrás de mí. La gigantesca monstruosidad dejó a mi madre en el piso y miró a mi hermanita. Yo estaba fuera de control. Él se levantó y caminó hacia nosotros. Mi hermana se dio la vuelta y echó a correr. El hombre pasó a mi lado, tratando de alcanzarla. ¿Por qué seguía ella en la casa? Aparentemente no había logrado entender la situación y que debía huir cuanto antes.

Corrí detrás de ambos, esperando que el hombre la matara como al resto de mi familia, pero por desgracia, estaba equivocado. Él la agarró por el brazo y la sacudió para dejar en claro que él tenía el control. La arrastró fuera de la casa, mientras yo hacía todo tipo de ruidos, con la esperanza de que alguien viniera en mi ayuda. No debía llevársela… no a ella.

Cuando pasó a mi lado, retrocedí hasta la pared y gemí con terror “¿Por qué?”
Él no respondió, sino que se limitó a poner una mano sobre mi cabeza y me dijo “Buen chico”. Hizo otra mueca, seguida de una risa fría y antinatural. Lo seguí hasta la puerta, mientras arrastraba a mi hermana -quien aún gritaba- consigo. Abrió la puerta y la azotó tras de él.
Ahora estoy solo en la casa, con mis padres adoptivos asesinados, temblando y lloriqueando desconsoladamente. Él está ahí afuera con ella, haciéndole ‘quién sabe qué’ cosas, y no puedo hacer nada al respecto. Saldría corriendo tras de él, y lo atraparía en un parpadeo, pero no puedo.

Estoy aquí sentado, mirando la puerta del frente. Bajo la mirada hacia mis patas. Si tan sólo pudiera abrir puertas…
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Posted on 9:16 | Categories:

Creepypasta - Jeff the Killer

Después de semanas de asesinatos inexplicables, el desconocido asesino todavía ronda por éste lugar. Después de las pocas pruebas que se han encontrado, una joven afirma que sobrevivió a uno de los ataques del asesino y con valentía cuenta su historia.
Posted on 9:01 | Categories:

Creepypasta - Tom y Jerry


Tom y Jerry, la serie animada de comedia sobre un gato de nombre Tom y un ratón café llamado Jerry el cual Jerry tiene mas inteligencia y suerte que Tom y éste siempre tiene la derrota, queda lastimado o humillado. Pero en esta historia, las cosas son diferentes, recuerdo cuando compré un DVD pirata de la serie en donde unicamente venía un capitulo, cosa que se me hizo totalmente extraña. 
Cuando puse el disco en mi Televisor, lo primero que apareció fueron dos opciones que decían: Live, y la otra opción decía Dead. Solo por curiosidad seleccioné la opción Dead, cosa que no debí hacer y que mas tarde me arrepentiría, después de un rato con la pantalla totalmente oscura, un capítulo comenzó, con un patio, lo mas raro de esto fue que no hubo presentación alguna ni una introducción al capitulo, se veía a Tom poniendo un letrero en el patio, no se podía leer lo que tenía escrito debido a que éste estaba del lado opuesto de la cámara, cuando Tom termina esta acción entra a su casa algo desordenada y destruída, entonces Jerry entra en escena muy pálido, con los ojos rojos y muy descuidado; de dirige a la cocina por un cuchillo demasiado grande y filoso, despues de esto, Jerry le entrega lentamente el cuchillo a Tom, fue cuando todo empezó a cambiar, la imagen se hizo mas borrosa y con muy mala calidad de imagen y sonido. Jerry comenzó a llorar fuertemente, Tom muy confundido veía a Jerry llorando, Tom no tuvo piedad y agarró el cuchillo de Jerry y rapidamente partió a la mitad a Jerry, hasta este punto Jerry ya había muerto y yo me quedé muy impactado al ver esto ya que nunca había visto nada igual en esta serie infantil.

La camara enfoca el rostro de Tom, éste voltea mirando diabolicamente al espectador y con una cara deforme y violenta, Tom ahora busca a su dueña, ella está haciendo labores de la casa, entonces Tom desde un angulo fuera de la pantalla le corta sorpresivamente a la señora que siempre fue su dueña. Su cabeza cae al suelo bruscamente sacandole sus órganos internos internos e incluso externos, Tom agarró la cabeza de la mujer y fue al sótano donde al encender la luz se podía ver una habitación con objetos extraños como por ejemplo: Extremidades humanas, pero no solo eso, tambien de diferentes animales, tambien se podía distinguir cosas de brujería como ouijas y velas, retratos de cadáveres y cuerpos destrozados, sin piel o sin algún miembro de su cuerpo, Tom arrojó la cabeza en un cajón ensangrentado y le puso llave al cajón.

Tom salió rapidamente del sótano y fue a buscar el cuerpo de la señora y agarró el mismo cuchillo de antes ensangrentado empezó a partir el cuerpo en pedacitos hasta hacerla picadillo y los trozos del cuerpo se los daba a un perro de la calle hasta acabar con ella, despues de termirmar de hacer sádica acción fue con el cuerpo de Jerry que estaba partido en dos, Jerry parpadeo los ojos e hizo una sonrisa enorme y diabólica. Esto me aterró mucho y mi corazón empezó a palpitar velozmente, mi cuerpo estaba temblando, estaba muy asustado, ¿Como puede ser que Jerry haya parpadeado y sonreír si ya estaba muerto y partido a la mitad?

Despues de que Jerry hizo esos gestos demoniacos, Tom furioso agarra las dos mitades de Jerry y los empieza a azotar fuertemente por todos lados y haciéndolo añicos, despues de terminar de golpear a Jerry, Tom juntó todos los pedazos del cuerpo de Jerry e hizo algo que todo mundo quería y esperaba, Tom se comió a Jerry, así como lo escuchan, Tom por fin se comió a Jerry, la victoria es de Tom y el triunfó sobre todas las cosas.

Tom se ve alistando una maleta con una cara diferente, su cara era totalmente perturbadora que no puedo explicarlo, lo único que puedo decir es que sus ojos eran de color amarillo muy oscuro casi llegando el color negro, sus pupilas eran rojas con negro, su boca estaba llena de sangre y se le podían notar sus colmillos, el resto de su cara rasguñada sin una oreja y con un rostro de molestia.

Por último sale de su casa, agarra el letrero que colocó al inicio del capitulo, se dirigió a la puerta del sótano, la cerró con llave y como costumbre se tragó la llave, colocó un clavo en la puerta del sótano y ahí mismo colgó el letrero pero como la camara enfocaba a Tom, no se podía ver lo que tenía escrito en el letrero.
Al terminar de hacer esto, Tom se dirigió a la salida de su casa, y se fue para siempre de su casa.

La ultima imagen se enfocaba en el letrero, ahora si se podía distinguir lo que decía, decía:

"Here Is The Proof of Hell"

En español significa "Aquí está la Prueba del Infierno"

No hubo creditos, solo la pantalla se quedó en negro y en el fondo se podía escuchar una música de piano, muy aterradora y sugestiva.
Esa fue la historia, al ver este capitulo mi infancia se destruyó completamente ya que esta serie fue mi infancia y ya nunca veré esta caricatura ni pensaré jamás en ello. Mi familia no me cree lo que me pasó, debido a que el DVD desapareció y nunca supe de mas del tema.

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Creepypasta - El gato sin Ojos


Lo que ocurrió es tan bizarro, paranormal e ilógico que no podría imaginar que mucha gente crea lo que estoy por contar. Soy un escritor de una editorial muy exigente, justo había terminado una buen libro de auto superación, pero tenía errores y me habían obligado a corregirlos para entregarlo de nuevo una semana después.

Siempre fui un amante de los animales y no estoy en mi ciudad natal, vine porque en esta ciudad esta el plantel principal de la editorial, solo estoy de viaje y vengo de lejos, no pude traer mis mascotas por lo largo del viaje, estoy en un pequeño departamento sin compañía, iba directo a una tienda de mascotas para conseguir un compañero temporal, y no sentirme solo mientras estaba encerrado arreglando los pequeños errores del libro

Camino hacia el lugar me tope con un gato que no tenía ojos. Extrañamente no me dio miedo, incluso me dio lástima, así que decidí tomarlo. Justo ahora me arrepiento de haberlo hecho.

Lo llevé a revisar a con un veterinario para ver que no tuviera algo grave, solo tenía una pequeña infección en la pierna, pero apenas estaba emergiendo, así que fue fácil erradicarla. En la sala del veterinario era fácil notar que yo era el único al que no le daba asco la situación del gato, nunca le puse nombre, tanto por que no me dio tiempo, como que todavía no me quería encariñar tanto con el.

Una vez en casa lo dejé que jugara libre por el apartamento. A pesar de estar ciego parecía saber exactamente donde estaba y como moverse por el lugar, no me pareció extraño, solo pensaba en lo prepotente que se habría de sentir el pobre animal.

Mientras él jugaba, yo comencé a corregir los primeros errores del libro en mi laptop. Inmediatamente me fui a dormir, todo normal, fue a la mañana siguiente cuando todo comenzó.

Créanme o no, cuando desperté, había frente a mi (yo volteando directamente al techo) un hombre viéndome a los ojos, parado a un lado de mi cama, o eso creía que hacía, pues ese hombre no tenia ojos con que verme, solo veía un par de cuencas vacías. Grité como cualquier persona normal lo haría, estaba paralizado, en eso el hombre se deja caer al piso para andar a cuatro patas, se acurruca en una esquina, saca de su bolsa una libreta con una pluma y comienza a escribir.
Tuve la fuerza de levantar la cabeza, el hombre no reaccionó, poco a poco me levanté, aprovechando lo concentrado que estaba él en su libreta, me acerqué a la puerta y la intenté abrir. Tenía algo abajo que lo atoraba; intenté sacarlo, cada vez con más desesperación y sin ningún efecto positivo. Me acerqué a la ventana, estaba tapizada de mucho papel de libreta, era la base en la que había comenzado a escribir mi libro, apenas pocos rayos de luz entraban, lo suficiente para iluminar la habitación. Intenté quitarlos pero parecían estar perfectamente aferrados a la ventana, la golpeé sin un buen resultado.

Volteé y desde su esquina el hombre me estaba observando fijamente, con la fuerte oscuridad interna de sus ojos. Con mucho miedo y temblando demasiado me esforcé en preguntarle: “¿quien eres?, ¿qué quieres de mi?” recibí un fuerte maúllo a cambio, me hizo pensar un poco y busqué un poco en el cuarto, aun temblando y con su mirada inexistente, fija y penetrante encima de mi. No veía al gato ciego en ningún lado; entonces lo noté: aquello que tanto me observaba era mi gato

Al notar que me había dado cuenta de lo que ocurría, el se me acercó, yo desesperado intentaba alejarme de el en vano, y se arrulló conmigo ronroneando, a estas alturas yo estaba a punto de llorar. Cuando vi que se durmió, intenté pensar alguna solución, en ese momento no pude hacer nada, pues si me movía seguro el se despertaría, sin saber como ni porqué, caí dormido.

Desperté y el estaba de nuevo en su esquina escribiendo en su pequeña libreta, esta vez volteando hacia mi varias veces para luego continuar escribiendo en su libreta, me levanté, esta vez con mas confianza porque noté que él no planeaba hacerme daño. Me dió hambre, entonces volvió el pánico de nuevo, estaba encerrado en mi propia habitación, no podía salir a la cocina, no tenía que comer. Mientras pensaba esto escuché un pequeño crujido, era el estómago del gato: los dos volteamos al mismo punto, su panza, luego él me volteó a ver a mí, sin nada que hacer, y yo con los nervios de punta por su mirada oscura tan penetrante le dije un poco tartamudo: “no puedo salir a la cocina, solo si me dejas salir podremos comer” al oir esto me observó por dos segundos más y volvió a su libreta, pensé y busqué soluciones, no había ninguna, estaba y sigo encerrado aquí, con él.

Solo pude pensar en una cosa, en un solo plan: que me rescataran, en menos de una semana la editorial notaría que no aparecí, intentarían contactarme, no respondería, hablarían a la policía e irrumpirían aquí, si el gato pudo volverse humano, o humanoide, o lo que quiera que sea eso, podrá volver a lo que antes fue, entonces parecerá que simplemente me encerré yo solo aquí, y el gato saldrá inocente y atrapará a alguien más. En este momento comienzo a escribir esto, para que cuando entren aquí y me vean muerto de hambre, lean esto y se encarguen del maldito gato.

Han pasado tres días de lo último que escribí, muero de hambre y parece ser que él también, pero no hace nada, sigue escribiendo, sigue observándome, pareciera que me analiza, soy su experimento, soy su muñeco de prueba, ¿Qué quiere de mi?, ¿por qué hace esto?, ¿no fui al único al que se lo ha hecho?, quiero salir de aquí, quiero que ese gato se aleje de mi, no le puedo hacer nada, no cambiaría nada, seguiré atrapado aquí si lo mato, debo seguir su juego, terminar su prueba, quizás así me deje salir, quizás así quede en libertad, solo debo esperar, dejarlo a él terminar, no preocuparme y seguir tranquilo, estoy al borde de la locura, ayuda por favor, AYUDA, AYÚDENME, NO QUIERO SEGUIR AQUÍ, AYUDA!”

Texto encontrado junto a un cuerpo dentro del departamento, el cuerpo se encontró en la cama, sobre él un gato negro y sin ojos. Al cuerpo le faltaban partes de su piel, debajo de las manos habían restos de carne, y lo más espeluznante, parecía que alguien le había arrancado los ojos. Los policías antes de leer esto creían que el estrés había llevado al escritor al borde de la locura, para encerrarse el solo y alimentar a su gato y el mismo con su propia carne, el diario encontrado a un lado del cadáver dio a entender otra cosa. En cuanto los policías entraron al cuarto el gato volteó y los miró con la profunda oscuridad de sus cuencas vacías. Miró fijo a uno de los policías ahí presentes y extrañamente ese fue el único al que el pánico no poseyó, tomó al gato entre sus brazos mientras registraban el lugar. Al irse todos, y antes de que alguien pudiera leer el diario, ese policía se fue directo a su casa con el felino. Desde hace 4 días no se tienen noticias de él ni de su familia.”


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Creepypasta - Por favor, abre la puerta.


Han pasado tres años desde aquella noche. Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando. Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás. Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado. Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia. Y esperan la noche en que su víctima esté sola, es en ese momento cuando todo empieza. Aquel día llegué alrededor de las 8:00 p.m. a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no habría clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando, el tiempo pasó tan pronto que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños afuera de la habitación, que al principio pensábamos que no era nada importante, e hicimos algunos chistes en relación a lo que jugábamos. «Deben ser los zombis», nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se oía más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera. —¿Crees que tus padres hayan regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, el número de pasos que se escuchaban eran demasiados como para ser sólo sus padres. De pronto, luego de oír todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio. —¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar, nerviosos. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar, era una costumbre suya. Se escuchó un sonido que provenía de ella, un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos provocó una reacción de sobresalto a ambos. Era sólo un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco; sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo: «Pase lo que pase, no abras la puerta». Con tan sólo leer esas palabras, una sensación completamente rara invadió mi corazón. En ese momento realmente sentía pánico, pero el mensaje decía más. «Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos; pueden fingir ser alguien que conoces, un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero escuches lo que escuches esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no lo permitas. Por favor, créeme, ¡no abras la puerta!». Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era mi amigo quien me jugaba una broma… pero él tenia esa expresión, estaba tan asustado como yo, lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. De pronto, llegó el momento más aterrador que nos pudimos esperar; en ese instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado. Una voz se escuchó, provenía de atrás de la puerta. Mi amigo estaba seguro y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre. —Hijo por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos. —Al escuchar esto mi amigo sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro, estaba en shock. Estoy seguro de que ninguno de los dos lo creíamos ni sabíamos qué hacer. —Hijo por favor, abre, ¿qué esperas? Necesitamos tu ayuda… —Sin lugar a dudas, ésa era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de sus padres tras la puerta, clamando por ayuda. Mi amigo y yo permanecimos sin reacción por algunos segundos, después él se volteó lentamente, y me dijo: —Esos realmente son mis padres. Necesitan ayuda, abriré la puerta. Se propuso dirigirse hacia la puerta, pero lo detuve. —Recuerda el correo, lo que nos dijo que pasaría, ¿no se te hace extraño?, ¿qué tal si es verdad y ellos no son tus padres? —Él lo único que hizo fue hacer que lo soltara. «No digas tonterías», me dijo. «Tú los escuchaste, ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia». Se dirigió a la puerta sin que pudiera hacer nada. La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, pudo ser el miedo que me invadía… pero al verlo dirigirse a la puerta, lo único que pensé fue correr hacia el armario en donde mi amigo guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que pasaría, pero en verdad tenía miedo. Lo que escuché a continuación aún no lo olvido, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Él abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos gritos desgarrantes, llenos de dolor y terror; yo no pude hacer nada más que permanecer inmóvil, hasta que después de unas horas me quedé dormido. Al despertar por la mañana, me extrañó ver el lugar en que me encontraba, y luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa esperando encontrarlo y que me dijera que todo había sido una broma, pero mi amigo no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido, llamaron a la policía y lo buscaron por días, pero él nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció, y para ser honesto creo que nadie creyó nada de lo que les había contado. Aunque… no importa que nadie me creyera, yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen. Aún no sé por qué lo hacen, creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna especie de juego. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán y también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia, debe ser parte de su macabro juego. No debí estar ahí ese día, y no debería saber que ellos existen. Sé que algún día regresaran por mí, pero pase lo que pase, no abriré la puerta.


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